Espartaco (Segunda Parte)

Posted on Actualizado enn

Licinio Craso

Roma no podía continuar permitiendo que semejante ejército se movilizara libremente por Italia, por lo que decide utilizar su mejor y más poderoso recurso: el general Marco Licinio Craso, conocido como Craso el Triunviro, uno de los hombres que más tarde apoyaría a un joven y empobrecido Julio César a embarcarse en su propia carrera política

A Craso le fueron asignadas seis nuevas legiones además de las dos anteriores de Gelio y Léntulo, sumando un ejército de unos 40.000 soldados romanos entrenados. Craso trató a sus legiones con una disciplina férrea, incluso brutal, demostrando que él era más peligroso para ellos que el propio enemigo.

Cuando las fuerzas de Espartaco volvieron a desplazarse hacia el norte, Craso desplegó seis de sus legiones en las fronteras de la región y destacó a dos legiones bajo el mando de Mumio, su legado, para que maniobrara por la retaguardia de los rebeldes con la orden de no atacar. Cuando se le presentó la oportunidad, Mumio desobedeció a Craso y atacó a las fuerzas de Espartaco, pero fue derrotado. A pesar de esta derrota inicial, Craso atacó a los rebeldes y los venció, matando a unos 6.000 esclavos.

La marea de la guerra parecía haber cambiado de dirección. Las legiones de Craso salieron victoriosas en varios enfrentamientos, matando a miles de esclavos rebeldes y forzando a Espartaco a retirarse al sur a través de Lucania. Finalmente, los 100.000 esclavos restantes se refugiaron en el Estrecho de Mesina donde Espartaco esperaba poder cruzar con sus hombres a Sicilia y generar un alzamiento de los esclavos locales. Espartaco hizo un trato con piratas cilicios pero estos lo traicionaron y nunca aparecieron. Craso procedió entonces a construir una empalizada para aislar a los rebeldes, negandoles todos los suministros.

Sin embargo en esos momentos, Cneo Pompeyo Magno volvía de Hispania con siete legiones y el procónsul Marco Terencio desde una exitosa campaña en Tracia. Craso, quien deseaba la gloria de la victoria solo para él, vio que esta estaba en riesgo ya que tendría que compartirla con quien llegara primero a auxiliarlo. Al parecer el plan romano era cercar a los esclavos desde tres frentes: noroeste (Pompeyo con 7 legiones), suroeste (Craso con 8 legiones) y este (Lúculo con 5 legiones). En total, los romanos sumarían unas 20 legiones (alrededor de 120.000 hombres).

Cuando Espartaco intento terminar la guerra negociando, el romano se negó. Los rebeldes intentaron entonces romper la empalizada que los rodeaba. Tras varios intentos fallidos finalmente lo lograron, pero solo una parte de estos escapo.

Los que quedaron huyeron a las montañas de la comarca de Petelia. Ahí una fuerza de 20.000 rebeldes se separó del grupo principal, siendo aniquilada la mitad de ellos cerca de un lago de Lucania, logrando solo debilitar aún más al ejército rebelde. En esos momentos la disciplina y cohesión de la tropa esclava empezó a romperse y muchos se dispersaron. Cansado de huir, Espartaco y sus seguidores decidieron dar cara a Craso en una planicie cruzada por el río Silario

Batalla del Río Silario

Ambos ejércitos estaban en la planicie acampados, los 30.000 a 40.000 esclavos sobrevivientes en la parte superior y los 40.000 romanos en la inferior, separados por el pequeño río. En ese momento Craso ordenó a algunos de sus hombres ir a buscar madera para terminar las obras de fortificación, pero estos entablaron combate con los exploradores de Espartaco. Pronto la batalla se generalizó ya que ambos bandos solicitaron refuerzos.

Antes de la misma le llevaron su caballo a Espartaco, y él lo mató con su espada, diciendo «Si venzo, no me faltara otro; si soy vencido, no lo necesitaré» y corrió de cara al enemigo a pie con todos los demás.

La batalla se inició sin que nadie la esperara, pero rápidamente Craso organizó a cada una de sus legiones en tripex acies (una primera línea de cuatro cohortes más dos líneas de tres cada una atrás) mientras los rebeldes se organizaban en varias unidades para la defensa del campamento. En el combate cuerpo a cuerpo en campo abierto los romanos, más disciplinados y mejor equipados, mostraron su superioridad y los rebeldes empezaron a sufrir terribles bajas.

Espartaco, sabiendo que esta era su última oportunidad para abandonar Roma como un hombre libre, atacó rodeado de sus mejores hombres al flanco donde se encontraba el general enemigo. Pero los romanos resistieron, y cuando Espartaco intentó matar a Craso con sus propias manos, fue atravesado por una espada. En ese momento los romanos empezaron a avanzar subiendo la ladera, arrollando a los esclavos y empujándolos contra su campamento donde terminaron rompiendo filas y huyendo mientras eran perseguidos y masacrados.

Consecuencias

Los romanos hicieron 6.000 prisioneros, y decidieron dar al mundo una lección: todos fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia entre Capua y Roma. Apenas 3.000 a 5.000 rebeldes escaparon. La victoria fue celebrada durante las fiestas de la Floralia.

Los remanentes de las tropas de Espartaco se dispersaron. Un cierto número de ellos logró huir y se refugió junto a los piratas de Cilicia. Pero los que no lo hicieron fueron sistemáticamente perseguidos: Pompeyo logró destruir a una tropa de 5.000 hombres que se dirigía hacia el norte en  Lucania, tratando de salir de Italia por los Alpes. Tras esto Pompeyo dijo: «Craso venció a los esclavos y yo he extirpado de raíz la rebelión», robándole el crédito de la victoria a Craso ante los ojos del pueblo y ganando el consulado gracias a su popularidad mientras que Craso recibió menos reconocimientos. Los tres años de guerra habían devastado los campos y la economía de Italia, especialmente en el sur de la península. Alrededor de 150.000 esclavos habían muerto junto a varios millares de romanos y había sido necesario movilizar más de 50.000 reclutas para conseguir la victoria (sin contar con los ejércitos de Pompeyo y Lúculo). Muchos campos quedaban así sin mano de obra para ser reconstruidos y trabajados por un largo tiempo.

A pesar de la derrota militar las fugas masivas de esclavos se siguieron produciendo a lo largo de la historia romana, en especial en tiempos de guerras civiles. Otra consecuencia fue la liberación de muchos esclavos a lo largo del siguiente período, lo que calmo los ánimos e impidió nuevos levantamientos. A muchos libertos les fueron concedidas tierras en Italia y Sicilia. También el trato y el status de los esclavos empezó a mejorar en las sociedades greco-romanas.

La figura de Espartaco se convirtió en un monstruo para los niños, propio de una sociedad esclavista.

Deja un comentario